Son dos mujeres extraordinarias, de genio, talante, capacidad creativa, don de gente diría los abuelos… Rita Gravato nos ayuda a salir del páramo de la ignorancia con una sonrisa imbatible desde la Librería Café Ateneo en sus versiones de la ciudad y del campo… Y Tania de Roca, construyó un modelo profesional que elevó el nivel de la odontología nacional desde la Clínica Dental Roca a dimensiones internacionales.
Y aunque conocí a ambas por sus compañeros de vida, Lucho Roca y Rafael Pibe Roca, con quienes tengo historias escritas, no son ellos, esta vez, la razón de estas palabras.
Siempre las admiré por la calidad humana que transmiten y el otro día, se dio el compartir «nuestros quereres» con ambas, como diría Manuela Sáenz. Necesitaba decir estas palabras y hacerlas pública, por ellas y por la vida que llevamos. Las urgencias y las mezquindades a veces le ganan a los espacios en sociedad y debemos hacer un esfuerzo para recuperar aquellos afectos que no tienen medida material.
¡Gracias por la sonrisa!

