La red de carreteras del Beni tiene un cuello de botella ineludible y perverso en este momento, el cruce del Río Marmoré, como le dicen. Las condiciones objetivas las pone la naturaleza con el caudal del agua, las lluvias y la terquedad política de dejar las cosas a medias. Las condiciones materiales están en manos de la voluntad absoluta de unos señores sacrificados llamados Pontoneros.
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