Cortemos la cadena destructiva de dignidades humanas en la que está cayendo esta campaña electoral. Para hacer valer a un candidato, se descalifica hasta el absurdo al adversario, aunque hasta ayer haya sido aliado, con argumentos que resultan grotescos.
¿Y si demandamos debate ideológico por encima de la pelea de recoveros y mercachifles?
Que se recuperen la calidad de adversarios y nosotros, exijamos que no nos arrastren más a este circo.