Negar la existencia de lo nacional popular indígena, es igual que seguir insistiendo que la Bolivia del Bicentenario sigue siendo «originaria indígena campesina».
El 80% de la población que vivimos en ciudades, que ha sido puesto en evidencia por el proceso de cambio, no vive de la cacería, la pesca, la recolección, ordeñando vacas y cosechando maíz, actividades que no se desarrollan en las calles y las plazas.
Difícil comprender esta realidad frente a los discursos facilistas.