El modelo autonómico boliviano tiene, todavía, un alto componente discursivo. Ni el Gobierno Central que sigue actuando de manera tradicional, ni los actores territoriales autónomos, pareciera que lo asumen a plenitud. No existen leyes territoriales que pongan en funcionamiento el andamiaje constitucional, y siguen los pedidos al Presidente apelando a su sensibilidad, y no a la Constitución y las leyes. llegó el momento de la aprobación de Leyes Departamentales y Municipales que liberen la capacidad de respuesta de las regiones y esperen menos de un nivel central de gobierno preocupado de sus propias preocupaciones.
Carlos Hugo