En la Bolivia de Juan Evo, en la Bolivia del MAS, se están dando pasos definitivos para que la tierra sea productiva, sin latifundios ni engordes comerciales. Para que seamos parte de esta construcción que todavía no concluye, y que, para que sea de Todos, todos debemos estar en la fotografía. Para que compartamos optimistas la diversidad. Para que los ladrones, de cualquier banderío, comparsa, fraternidad, tribu o cofradía, rindan cuentas. Para que los mentirosos y olvidadizos, terminen haciendo adobes o barriendo calles. Para que el debate se haga en Plaza Pública, lejos de concilíabulos oscurantistas. Para que la raza, componente inexistente en el mapa del Genoma Humano, no sea tinte fabricante de honores discriminadores. Para aceptar que en el mundo, las mujeres son más que los hombres.
En esta realidad cambiante, amalaya, las poetizas y poetas, vuelvan a profetizar y a recordarnos, siempre, que la No Violencia saldrá siempre victoriosa. Una vez más y a pesar de todo.
Esto, con o apesar de los actuales inquilinos del poder. Lo que está claro, es que el paisaje se ha movido.
Carlos Hugo Molina, ciudadano en ejercicio.