Mimi… Varias generaciones crecimos en los patios de su casa, por Ingrid y Carlos, pero fundamentalmente por el espíritu que usted tenía. De la extensa obra de servicios sociales con los que sembró su tiempo, tengo el orgullo de haber formado equipo con Usted en la única oportunidad que aceptó ser servidora pública en la Prefectura de Unidos por Santa Cruz.
Un grupo humano de ciudadanos comprometidos, la tuvimos como referencia para elevar la calidad y transparencia de nuestra conducta. Era la única forma de corresponder a la generosidad de su entrega y su trabajo.
Gracias Mimi, la despedimos con la tristeza de ver que se va alguien fundamental para nuestra vida en comunidad, y con la tranquilidad de saber que usted sabía lo tanto que la quisimos.