Amalia Decker, durante 2 horas detuvimos el tiempo y nos divertimos con la palabra, dejamos fluir sentimientos y, amalaya, sentí que estábamos en otra Bolivia. En realidad, en la que queremos vivir. La de la diferencia respetuosa y el decir ocurrente. La del abrazo sin cálculo y sin más interés que el afecto, Susana Seleme incluida.
Lo lograste Amalia con «No me buscarás en vano». Nos merecemos repetir esta epopeya mágica.
Gracias Plural Editores, Fundación Patiño, Maria Fernanda Quiroga, Manfredo Kempff Suárez y a todos quienes pusieron su aporte para que haya sido así.
¿Y si de repente esto dejara de ser la excepción y les regalamos tus libros a los bloqueadores y a los corruptos?




