El intercambio epistolar entre Manuela Saénz y Simón Bolivar llegó a su séptima edición, todo un hito en la industria editorial boliviana.
Por la cantidad de ediciones, pasó de ser un best-seller a un long-seller, es decir, un libro que se mantiene, e incluso crece, a lo largo del tiempo.
El secreto de este éxito radica en la forma en cómo el autor presenta la tesis central de su novela: el nacimiento de Bolivia es consecuencia de la influencia decisiva de Manuela sobre Simón. Un poético acto de amor sería el verdadero germen de nuestra nación.
No importa lo que pudo pasar o lo que podría ser la historia real, lo que importa es lo que nosotros decidimos creer que fue.
En la contracubierta, los editores señalan: “Desde siempre, se ha contado que la creación de Bolivia fue fruto del engaño y la zalamería. Sin embargo, las cartas incluidas en este epistolario clandestino del Libertador revelan una verdad diferente. El narrador de ´Manuela, mi amable loca…´ ha descubierto, gracias a estas misivas, que el país que lleva el nombre de Bolivar nació, como todo hijo querido, del amor profundo entre un hombre y una mujer”.
Como lo fue desde el principio, el autor utiliza los prólogos para dialogar con el lector sobre las muchas ocurrencias recogidas en este intercambio literario. Carlos Hugo insistió en conservar todos los prólogos precedentes, que, aunque están en el epílogo, son una parte muy sabrosa de la obra que permite descubrir puertas, rendijas y ventanas de una historia que parece no tener fin, porque las cartas, mágicamente, siguen “apareciendo”.
Además de la historia de amor que este intercambio epistolar va revelando —y que no voy a contar para no estropear la lectura—, en esta edición se incluyen comentarios de firmas notables (Carlos Mesa, Ricardo Bajo, Claudia Bowles, Vera Carvajal, Jenny Ibarnegaray, Oscar Guisoni, Claudia Vaca, Roxana Selum, entre otros) que acompañan al autor y al lector en este juego literario.
El libro, colmado de detalles, guiños, referencias y sorprendentes casualidades, “transforma no solo nuestro conocimiento del pasado, sino también —ojalá— nuestra visión del futuro”.
Carlos Hugo señala que su obra ofrece “una información útil para explicar acontecimientos que se produjeron hace 200 años desde una visión distinta y con la voz de actores inesperados. ´Manuela, mi amable loca…´ no fue escrita pensando en esta coyuntura y, por ello, se ve liberada como el amor y la pasión de los personajes, de las circunstancias del calendario”.
“El Bicentenario es una oportunidad para ratificar nuestro compromiso con la libertad, la democracia y la justicia. Dejémonos sorprender con estos mensajes de esperanzas”, termina diciendo Molina, en un libro que tiene un elocuente cintillo: “La novela del Bicentenario”.
Alfonso Cortez
MANUELA, MI AMABLE LOCA. Novela. Carlos Hugo Molina. Puraletra. Grupo Editorial La Hoguera. 2024. 304 Págs.
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