«Matar al padre» se llama parricidio y más allá del acto físico que en la vida material no se realiza, representa el asumir el control de nuestras vidas, superando el peso de la educación y el símbolo que referencia la autoridad. Cecilia Lanza, en “El color de las ovejas negras” lo has relatado con el derrocamiento de García Mesa por las acciones que realizaron los militares patriotas entre los que se encontraba Emilio, tu padre.
«Derribar a García Meza era como “matar al padre” por más que nos horrorice esa clase de progenitor. En ese homicidio simbólico, que para la psicología connota un salto hacia la madurez, se juega el destino democrático de Bolivia», dice Rafael Archondo comentando tu obra.
Estamos frente a una situación similar que puede producirse cuando el presidente Arce, ordene la detención de su «padre político», Evo Morales, al aplicarle «el peso de la ley y sus atribuciones constitucionales».
La mitología y la sicología describen muy bien las consecuencias. Sin embargo, cuando el hecho se produce acompañado de la violencia de los acontecimientos que estamos viviendo, pueden ser complicados y debemos estar preparados.
Cecilia, ayudanos a enfrentar este intríngulis.