El gusto por la ironía, la metáfora, las paradojas, los adagios, los aforismos y el contar relatos, es un derecho que nos ganamos quienes fuimos inoculados en la escuela primaria con la escritura y la lectura de comprensión y en la primera juventud nos abrieron el camino a
- Las mil y una noches, anónimo.
- Don Quijote, Cervantes.
- Daniel Defoe, Robinson Crusoe.
- Jonathan Swift, Los viajes de Gulliver.
- Mark Twain, Las aventuras de Tom Sawyer
- Rudyard Kipling, Libro de la Selva.
- Alejandro Dumas, Los tres mosqueteros.
- Lewis Carroll, Alicia en el país de las maravillas.
- Antoine de Saint-Exupéry, El Principito.
- Richard Bach, Juan Salvador Gaviota.
- José Mauro de Vasconcelos, Mi planta de naranja lima
- Robert Louis Stevenson, La isla del tesoro
- Edmundo de Amicis, Corazón
Somos un ejército que debiéramos dejar de ser silencioso y arremeter sin vergüenza contra la irracionalidad gracias a la imaginación que descubrimos y nos permite seguir escribiendo ocurrencias. Que no nos preocupe quien no entienda esto, reconoceremos que no somos más ni menos que nadie, aceptaremos, simplemente, que somos de otra tribu.
Denuncio agradecido a mis profesoras de la Escuela Fiscal Obispo Santiesteban, Titi Antelo, Elva López de Aramayo, Clara Robles, Delmira Tomelic, Neysa Anglarill de Justiniano, Berta Suárez de Antelo…
Y vos, ¿te acordás de tus profesoras de primaria y qué te hicieron leer?