El movimiento Cívico frente al proceso de descentralización y autonomía

La 9a Feria Internacional del Libro de Santa Cruz, sirvió para presentar una investigación que realizamos con Claudia Peña y Claudia Vaca, con el apoyo de Manuel de la Fuente, sobre la posición histórica del Movimiento Cívico en el tema de la descentralización y la autonomía. La investigación abarca desde el año 1994 al 2006. El cuidado de la edición, estuvo a cargo de Ricardo Serrano, de Editorial El País.

Las palabras de Presentación del libro, me correspondieron. Y dicen así:

Resulta un acto de temeridad, el investigar sobre sucesos recientes, confrontaciones graves y sobre los que se ha sido participe, directa e indirectamente. Al mismo tiempo, es una posibilidad que en medio la agitación y las dificultades, pueda compartirse un análisis que ofrezca elementos para clarificar tendencias filosóficas frente a la acción evidente. Ambas situaciones son asumidas voluntariamente en la presente investigación.

Los conflictos políticos extremos, tienden a hacer desaparecer los matices de la vida cotidiana, en la necesidad de forzar posicionamientos maniqueos. La calificación «en contra» y «a favor«, se convierte en sentencias sin juicio justo, que se multiplican en graffitis, brulotes, trascendidos, solicitadas y ahora, en las modernas cadenas de la Internet. Estas sentencias están visibles en todas las calles de nuestro país, con enfoques diametralmente opuestos dependiendo el origen ideológico de la mano que los escribió.

Dos son las situaciones que adquieren calidad de evidencia en la vida actual de Bolivia: un cambio de escenario político por la irrupción de nuevos actores sociales, con enfoques y propuestas diferentes, y la consolidación de realidades territoriales con capacidad de construir un discurso hegemónico alternativo. Eso es tan evidente como los votos obtenidos por el MAS para elegir a Evo Morales como Presidente Constitucional de la República, y por otro lado, la capacidad movilizadora en elecciones regionales, cabildos y referéndum que mantienen al país en una sensación de equilibrio precario. Mientras las dos situaciones no sean respetadas y reconocidas, la solución por el desastre aparecerá como opción latente.

El «conocimiento del otro» adquiere calidad de importancia fundamental, similar al «conocerse a sí mismo», condiciones básicas para «construir el futuro de ambos». Es un espacio común el reconocer lo poco, y mal, que aceptamos, ya no digamos respetamos, a los diferentes, en cualquiera de sus acepciones. Esta suerte de discriminación consuetudinaria, asumida acríticamente hasta en los niveles académicos y políticos que necesitan una visión universal, se expresa en actitudes y conductas.

Bajando donde la palabra ya no puede ser modificada, Actas, documentos y noticias periodísticas impresas, hemos tratado de descifrar a través del lenguaje, la conducta de un conjunto humano que actúa a través de sus instituciones. No existe la Objetividad porque somos Sujetos, pero si la posibilidad de identificar un discurso y leer su consistencia y consecuencias. Quién lea este trabajo más allá de la consigna, seguramente encontrará los matices que pueden ayudar a descifrar arcanos que, por simples y evidentes, a veces pasan inadvertidos.

Agradeciendo a quienes lo permitieron, ese, nuestro reto.

Carlos Hugo Molina