Virginio, compartimos con Gerónimo en El Rincón de la Victoria, espacio de tu familia en el que no hay lugar para lo que no sea auténtico. Ahí, sin oropeles, lo escuchamos a capela, sin más acompañamiento que su simpatía, su voluntad y el arte que lo acompaña.
Lo que ha logrado en Viña del Mar, es el resultado de una construcción laboriosa, amable, contundente y rotundamente humana y artística.
Sus 19 años, sólo pueden ser augurales.



