Lima, Agosto 6 de 1825.
Libertador.
Estoy informada que hoy es el día fijado para el nacimiento de su obra más preciada; quiero que sepa que retengo el calor de su piel y de su mirada en la memoria de mis sentidos. Cualquiera sea el rincón que lo cobije, no olvide que en este mundo no habrá mejor refugio que aquel que le tengo reservado.
Termina una semana cargada de ansiedades y frustraciones que debí haber previsto en lugar de ver las cosas de una manera que no practica su Estado Mayor. Los Generales y algunos togados me niegan la posibilidad de encarar responsabilidades que consideraba eran el merecimiento a mis desvelos para que los asuntos de Estado no sean solo de hombres. Y uniformados.
Mi enfado y protesta parecen haber encendido aún más el resentimiento y agudizado la sordera para escuchar argumentos. ¿Cuantas nuevas pruebas de mi arrojo en la adversidad necesito acumular para conquistar un espacio digno y desterrar los miramientos de sus recelosos colaboradores? ¿Qué ganaré con ello? ¿Callarles la boca para que jamás murmuren ni duden de estos sentimientos que me nacen de la causa de los pueblos libres? ¿Qué más debo hacer para demostrarles que lo hasta aquí logrado, no es por un accidente fortuito ni por un capricho de V.E.? No lo sé… Dudo todo el tiempo.
Me saltan las lágrimas de una rabia que me envenena y amarga el espíritu. Hoy los generales pasan por capítulos grises sin futuro y sin darse cuenta siquiera. Mas allá de vuestra benevolencia y sus palabras de aliento, debo meditar; cuando creí estar debatiendo temas de la nación, había estado en un juego de azar irresponsable.
Estoy dolida con la vida. ¡Justo en el día que se instala el Congreso de la República de Bolívar!
Me consuela saber que Ud. existe
Manuela.
7 comentarios
Coincidimos Carlos Hugo con el párrafo que extracté de ‘Manuela’ para la revista del periódico. La carta no tiene desperdicio.
Felicidades Bolivia!.
Hoy Manuela habla y escribe por mí a pesar de las distancias de toda naturaleza. Me emociona saber que alguien de su talla abrió el camino que hoy transitamos, todavía con muchísima dificultad, miles de mujeres cotidianamente.
Y mientras el mundo registra acontecimientos notables, muchas de nosotras todavía tratamos de sobrevivir el día a día, intentando evitar que el espíritu se nos quiebre en mil pedazos.
Por suerte, y desde siempre como inspiración y refugio, el amor, aunque sea en una ínfima posibilidad. Bendito sea.
Me guardo en el alma, variantes personales incluidas, su:
¿Cuantas nuevas pruebas de mi arrojo en la adversidad necesito acumular para conquistar un espacio digno y desterrar los miramientos de sus recelosos colaboradores?
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No conocia nada de Manuela. Solo la habia escuchado nombrar cuando alguna vez estudie historia de Bolivia en el colegio.
Me ha encantado…
Felicidades Carlos Hugo por este sitio que nos permite seguir disfrutando del excelente analisis politico que siempre te ha caracterizado…
Todo lo mejor..
Selenita Cespedes
Houston
Claudia… gracias por multiplicarla… tu nota tiene un enlace…?
Soledad, parece que es el mismo esfuerzo…
Selenita, que bueno saber de vos. Un abrazo a través de la Señora Doña Manuela.
CH:Salió publicada el 6 de agosto, en una edición especial, pero aparentemente no se puede entrar al archivo por internet.
Saludos