Las frases del Gobierno Nacional…

A los Presidentes, y en especial a los presidentes populistas, su país no tarda en quedársele pequeño. Es, si se me disculpa la comparación tosca y machista, como el hombre incapaz de lidiar con su propia esposa y que no se le ocurre mejor solución que buscarse una (o más) amantes. No sólo no resuelve el problema inicial, sino que le suma nuevas dificultades. Pero que le quiten lo bailado.

El cada vez más tremendo ego presidencial (y los consejos de sus adláteres) ha debido llegar a la conclusión de que las patéticas y tercermundistas peleas domésticas no están a la altura de un estadista de su nivel y que es ella humanidad entera que precisa, como dijo alguna vez el ché, de «sus modestos esfuerzos». Por eso, en la elección del tema climático se percibe también una buena dosis de oportunismo y muy poca convicción. Lo han debido elegir porque el ecologismo tiene muchos entusiastas seguidores por todo el mundo y porque le han encontrado cierta conexión con toda la parafernalia pachamámica (que también vende mucho entre los ciudadanos del primer mundo), pero es evidente que el presidente no es un ecologista y que en el fondo no le importa un carajo la naturaleza, lo que le gusta es salir en la TV y también viajar hasta NY para presentar las conclusiones de la cumbre y salir en la CNN y hacer todo el show y que todo el mundo lo vea peleando denodadamente por la naturaleza, a ver si la gente se olvida del pollo y de los calvos. En eso no lo critico, hace lo suyo y es bueno en eso del show, pa qué, pero lo cierto es que si de verdad fuera ecologista tendría una sensibilidad hacia esa problemática que ni él ni su gobierno han reflejado en ningún momento.